Mantenerse activo durante el proceso del cáncer colorrectal
La importancia de mantenerse activo con cáncer de colon y recto
Son diversos los estudios que tratan sobre los beneficios de ejercicio físico en la salud, tanto en personas sanas como en aquellas que padecen una enfermedad. En el caso del cáncer colorrectal, se ha demostrado que los pacientes que se mantienen activos tienen una mejor calidad de vida. En este artículo te lo contamos.
Actividad física vs. ejercicio físico
La actividad física se define como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que resulta en un gasto de energía. Se caracteriza por la frecuencia, duración e intensidad con la que se realiza, y puede acumularse dentro de los siguientes dominios: recreación (Ej. Toda la que se hace en el tiempo libre, como pasear, hacer la compra, etc.), ocupación (Ej. Un reponedor/a hace más actividad física generalmente que un oficinista), transporte (Ej. El ejercicio que se realiza en los desplazamientos al trabajo) y doméstico (Ej. Planchar, barrer, cocinar, etc.).
Por otro lado, el ejercicio físico hace referencia a la actividad física que se planifica, se estructura y se repite con el objetivo de mejorar o mantener una buena forma física (1). Lo más recomendable es incluir:
1. Entrenamiento de resistencia cardiorrespiratoria (capacidad de resistir a un esfuerzo durante un tiempo determinado): como caminar, correr, bicicleta, esquiar, nadar, etc.
2. Fuerza muscular (entrenamiento contra una resistencia que puede ser el propio peso corporal o mediante elementos como gomas, mancuernas, máquinas, etc.): se puede empezar con el propio peso corporal, y seguir con gomas y bandas elásticas o utilizando peso externo como mancuernas o barras.
3. Sin olvidar las cualidades de flexibilidad (ejercicios para mejorar la amplitud de movimiento o de estiramiento con la finalidad de mantener la elasticidad de los músculos y la posibilidad de movimiento de las articulaciones) y equilibrio (ejercicios que aumentan la capacidad de comprender dónde se encuentra tu cuerpo en el espacio y cómo moverlo en consecuencia). Estos dos últimos podrían reducir la prevalencia de caídas.
Beneficios del ejercicio físico en pacientes con cáncer
El ejercicio físico se ha asociado con múltiples beneficios en la salud de pacientes con cáncer, reduciendo las probabilidades de morir por cualquier causa (2). Concretamente, los pacientes de cáncer colorrectal que realizan ejercicio físico durante el proceso del cáncer tienen mejor pronóstico y supervivencia (3), lo que se traduce en tener más probabilidades de vivir más tiempo y en mejores condiciones en cuanto a calidad de vida. Además, esto sucede independientemente de la práctica que se haya realizado antes del diagnóstico del cáncer.
No obstante, hay que tener en cuenta que, aunque el ejercicio físico es seguro y fiable durante el tratamiento (4), existen algunas contraindicaciones que obligarían a abandonar y retomarlo en otro momento. Estas son:
- Dolor o hinchazón en las articulaciones.
- Fatiga extrema, náuseas/vómitos, mareos o respiración acortada.
- Sudor frío, presión en el pecho o un síntoma nuevo que antes no había tenido.
- Fiebre o calambres en los músculos.
Sedentarismo y cáncer colorrectal
Durante el tratamiento del cáncer colorrectal, y después de finalizarlo, es recomendable evitar el sedentarismo, ya que se ha demostrado que tiene perjuicios para la salud (8). Esto incluye pasar excesivo tiempo sentado, viendo la televisión, usando el ordenador (u otro entretenimiento basado en pantallas) o dentro de un vehículo, entre otras actividades.
No obstante, es completamente normal que durante todo el proceso de la enfermedad la persona se sienta con más o menos energía, ya que ésta depende, no solo de su condición física previa, sino también del diagnóstico, del momento en el ciclo o incluso del número de ciclos administrados. Por ello, es fundamental aprovechar los momentos del día de mayor energía para seguir un plan de entrenamiento. Incluso en los días que se sientan con menos energía, sería recomendable realizar todas las actividades diarias que desee. ¿Por qué esto es importante? Porque cuanta más actividad física se haga, menor será la fatiga y la debilidad muscular, lo que mejorará la calidad de vida, así como la posibilidad de superar la enfermedad.
Como esta tarea a veces puede parecer complicada, te dejamos una serie de recomendaciones para aumentar tus niveles de actividad física durante el proceso del cáncer, según el Instituto Nacional sobre Envejecimiento de Estados Unidos (National Institute of Aging):
1. Utiliza los elementos que tengas por casa para realizar ejercicios de fuerza (Ej. Puedes utilizar botellas de agua como peso).
2. Si utilizas el coche/moto, intenta aparcar en una zona más alejada de tu destino.
3. Si usas el transporte público, puedes bajarte una/dos/tres paradas antes con el fin de incrementar el número de pasos diarios.
¿Quieres incrementar el número de pasos? Puedes hacerlo con las estrategias que te proponemos a continuación:
- Sube y baja las escaleras de tu casa un par de veces más para fortalecer las piernas y mejorar la resistencia.
- Trata de realizar los recados a pie en lugar de usar el coche.
- Cuando estés hablando por teléfono, ponte de pie y haz unos cuantos levantamientos de piernas o ponte de puntillas para fortalecer estas.
- Aprovecha los momentos en los que te sientas con mayor energía para moverte. Cualquier actividad física que realices es mejor que no hacer nada.
- Evita tiempos muy prolongados de sedentarismo. Por ejemplo, mediante paseos por casa entre cada rato de reposo.
En conclusión, el ejercicio físico es fundamental durante todo el proceso del cáncer, antes, durante y después del tratamiento. Cualquier actividad física es mejor que no hacer nada, pero debes intentar mantenerte activo durante el mayor tiempo posible. Con pequeñas dosis de ejercicio al inicio y una progresión individualizada, obtendrás beneficios que te ayudarán a llevar mejor la enfermedad.
María Romero Elías, graduada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
Referencias:
- Caspersen, C. J., Powell, K. E., & Christenson, G. M. (1985). Physical activity, exercise, and physical fitness: definitions and distinctions for health-related research. Public Health Reports, 100(2), 126–131.
- Wu, W., Guo, F., Ye, J., Li, Y., Shi, D., Fang, D., Guo, J., & Li, L. (2016). Pre- and post-diagnosis physical activity is associated with survival benefits of colorectal cancer patients: a systematic review and meta-analysis. Oncotarget, 7(32), 52095–52103. https://doi.org/10.18632/oncotarget.10603
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- Singh, B., Hayes, S. C., Spence, R. R., Steele, M. L., Millet, G. Y., & Gergele, L. (2020). Exercise and colorectal cancer: a systematic review and meta-analysis of exercise safety, feasibility and effectiveness. The International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, 17(1), 122. https://doi.org/10.1186/s12966-020-01021-7
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- Van Vulpen, J. K., Velthuis, M. J., Steins Bisschop, C. N., Travier, N., Van Den Buijs, B. J., Backx, F. J., Los, M., Erdkamp, F. L., Bloemendal, H. J., Koopman, M., De Roos, M. A., Verhaar, M. J., Ten Bokkel-Huinink, D., Van Der Wall, E., Peeters, P. H., & May, A. M. (2016). Effects of an Exercise Program in Colon Cancer Patients undergoing Chemotherapy. Medicine and Science in Sports and Exercise, 48(5), 767–775. https://doi.org/10.1249/MSS.0000000000000855
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