Impacto psicológico del diagnóstico de cáncer colorrectal
Tras el diagnóstico de cáncer colorrectal es necesario tomar un papel activo
En una sociedad como en la que vivimos, donde las personas podemos ser tan vulnerables, no resulta raro recibir noticias inesperadas que podrían impactarnos fuertemente. Parece que todas las personas atravesarán a lo largo de su vida, al menos, dos situaciones que la pondrán en grave riesgo. Por ello, no es tan inusual escuchar en primera o en segunda persona un diagnóstico de cáncer colorrectal (CCR).
Afortunadamente, nunca en la historia de la Humanidad ha habido tantas probabilidades de sobrevivir a un diagnóstico de cáncer. En este artículo trataremos de darle sentido (y ciencia y esperanza) al impacto psicológico que supone recibir un dictamen de cáncer colorrectal.
Impacto emocional en cáncer colorrectal
La Real Academia de la Lengua (RAE) ofrece dos definiciones de impacto:
- m. Efecto de una fuerza aplicada bruscamente.
- m. Golpe emocional producido por un acontecimiento o una noticia desconcertantes.
Un golpe duro y un suceso inesperado son las dos voces de esta desafinada canción. Seguro que a ti como paciente o familiar te suena palabra a palabra esta definición, ¿verdad? He de decir que a mí también me sonó, palabra a palabra, hace más de 10 años, cuando me dijeron algo parecido: “Tienes cáncer de colon”.
Frente a un diagnóstico como éste, resulta difícil diferenciar el impacto emocional del impacto físico. La persona lo vive como un todo que puede parecer arrasador, porque el mundo emocional, por definición, no pertenece al mundo de lo lógico, de lo racional. En esta línea, lo primero que aparece cuando nuestra integridad pudiera estar amenazada son las emociones intensas, entremezcladas con pensamientos paralizantes, conductas circulares o estados de ánimo desconcertantes.
Resulta difícil diferenciar el impacto emocional del impacto físico
Como sociedad, inevitablemente, tenemos una serie de creencias colectivas sobre lo que hemos vivido o aquello que le ha pasado a los demás. Estas creencias aparecen cada vez que afrontamos una situación como recibir un diagnóstico de cáncer colorrectal, y están asociadas a años de consumir información sobre la enfermedad y, en este sentido, convivir con ella. Es por ello que la palabra cáncer suele asociarse con muerte o un grave deterioro de las condiciones vitales, generando un nivel considerable de ansiedad o miedo, sobre todo, si el diagnóstico aparece a una edad temprana (como fue mi caso, antes de cumplir los 50), pues entre estas creencias colectivas existe el pensamiento de que hay ciertas enfermedades que son de “gente mayor”.
Mecanismos de defensa ante el diagnóstico de cáncer
Ante una noticia de fuerte impacto, se tiende a reaccionar intentando asimilarla y adaptándose a ese golpe brusco e inesperado y, con frecuencia, se necesita tiempo para ello. Se suelen usar dos mecanismos que ayudan a integrar la noticia de forma gradual, que son los mecanismos de defensa, como la negación y el bloqueo.
En muchas ocasiones, el primer momento es de incredulidad, de sentimiento de injusticia, en el que surgen preguntas como “¿por qué a mí?”, “¿qué he hecho yo para merecer esto?” o “¿por qué no me di cuenta antes?”. Estos pensamientos solo provocan culpabilidad, malestar y sentimientos de indefensión ante el futuro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que incluso a los propios profesionales sanitarios expertos en Aparato Digestivo puede llegarles el diagnóstico de cáncer colorrectal sin ser capaces de detectarlo de manera más temprana, tal y como explicaba la Dra. Pilar García Alfonso, Jefa de Sección de Oncología Médica del Hospital Universitario Gregorio Marañón (Madrid) y Jefa de la Unidad de Tumores Digestivos, durante el 16º Congreso Iberoamericano de Grupo Español de Pacientes con Cáncer.
Nadie es culpable de su enfermedad y esto hace que la pregunta “¿por qué a mí?” no pueda responderse de ninguna manera lógica y solo cause confusión, culpabilidad y malestar, regresando de manera recurrente a pensamientos relacionados con “lo que he hecho” o “lo que dejado de hacer”. Para relativizar la situación, puede replantearse la pregunta como “¿por qué no a mí?”, lo que a su vez ayudará a considerar la vida en su conjunto, el mundo y nuestro lugar en él como una cuestión de azar.
El otro gran momento tras recibir el diagnóstico es el de ‘terribilización’, es decir, la intrusiva imagen del grave deterioro físico y la muerte. Esta anticipación catastrófica a lo que pueda pasar refleja un estereotipo social que podría tener sentido hace años. No obstante, hoy se sobrevive a diferentes tipos de cánceres y lo fundamental es adoptar las medidas sanitarias que hagan posible esa supervivencia cada vez mayor. En esta tarea es importante que afectados, familiares y cuidadores se conciencien de ello y adopten una actitud que permita colaborar, en su medida, en el tratamiento y curación. Disponer en el sistema sanitario público de protocolos para una detección temprana y tomar acciones rápidas antes de que la enfermedad avance es más que una buena idea, es una necesidad para seguir conservando vidas.
Esperanza y aceptación del cáncer colorrectal
El mayor deseo de una persona diagnosticada de cáncer colorrectal, o de cualquier otra enfermedad, es curarse, tener un futuro inmediato y un presente con esperanza. La esperanza es un poderoso recurso para afrontar las consecuencias biopsicosociales a las que te puedes enfrentar en las próximas semanas desde el diagnóstico. Además, es importante cultivar la aceptación, no una resignación pasiva al destino inefable, pero sí aceptación de lo que es, lo que está pasando y tener conocimiento de lo que va a pasar.
En momentos críticos, la esperanza y la aceptación pueden contribuir a afrontar los pasos iniciales y ponerse en manos de quienes tienen conocimiento y recursos para ayudar. Cada día, continuos avances científicos aumentan la esperanza y reducen las consecuencias del cáncer colorrectal. Este acto de aceptación de lo que es y lo que puede ser: cada vez más una enfermedad curable o crónica y que puede no alterar demasiado la calidad de vida. Es mucho más fácil aceptar algo, por muy negativo que sea, cuando dispones del recurso de la esperanza, porque sin esperanza, es difícil afrontar esta enfermedad o ninguna otra.
Igualmente, es importante saber que cada vez hay más personas afectadas por cáncer colorrectal que llevan una vida muy similar a la que llevaban antes del diagnóstico. ¿Por qué no te va a pasar a ti lo mismo? También es necesario tomar un papel activo y saber que hay muchas cosas que pueden hacerse.
José Luis Vázquez Leñero, Especialista en Psicología Clínica.