En qué se traduce llevar una dieta saludable después del diagnóstico de cáncer colorrectal
Cada vez somos más conscientes de que una adecuada alimentación es importantísima tras el diagnóstico de cáncer colorrectal.
La pregunta entonces es, «¿qué debo incluir ahora en mi dieta?». Teniendo en cuenta también lo que los estudios nos dicen, estos apuntan que los patrones dietéticos en los que hay un alto consumo de alimentos vegetales y bajo en azúcares añadidos y productos animales, principalmente carnes rojas y procesadas, se asocian con una mayor supervivencia en estos pacientes (1).
«Pero, y en la práctica, ¿en qué se traduce esto?». En la práctica, las recomendaciones nutricionales más interesantes dirigidas al paciente con cáncer son:
Consumir suficiente proteína
Incluyendo alimentos proteicos (preferiblemente legumbres, carnes blancas, pescados, huevos y lácteos de bajo contenido en grasa) en todas las comidas. Esto es así porque la sarcopenia, término con el que se conoce a la presencia de baja cantidad o calidad muscular, es uno de los efectos secundarios más frecuentes en pacientes con cáncer colorrectal. Esta tiene un impacto negativo de manera directa sobre la calidad de vida debido a la disminución en la fuerza muscular y el rendimiento físico, además de asociarse con una mayor toxicidad de los tratamientos (2).
También es importante recalcar que un aporte adecuado de proteína puede ayudar a disminuir la aparición de fatiga durante el tratamiento de quimioterapia (3) y, además, esta es fundamental para un correcto funcionamiento del sistema inmune, esencial para conseguir una mejor resistencia ante posibles infecciones.
Consumir pescado
Los expertos sostienen que el consumo de cuatro raciones de pescado a la semana, siendo dos de estas de pescado azul, forma parte de lo descrito como patrón saludable. Y si hablamos de pescado azul, es interesante recalcar la necesidad, en este tipo de pacientes, de mantener niveles adecuados tanto de omega-3 (4,5) como de vitamina D (6). Esta última está presente en los ya mencionados pescados azules, los huevos, los lácteos y los alimentos descritos como enriquecidos en vitamina D. Sin embargo, hay que señalar que es difícil alcanzar niveles adecuados de vitamina D solo a través de la dieta, por lo que se hace necesario combinar una adecuada alimentación con la exposición solar controlada y segura (7).
Consumir alimentos ricos en fibra
Frutas y verduras, cereales integrales, frutos secos… (8). Un consumo alto de fibra es imprescindible a la hora de conseguir y mantener un adecuado peso corporal. Este punto es importante si tenemos en cuenta que alrededor de un 40% de los pacientes con cáncer colorrectal tiene al menos una enfermedad concomitante al momento del diagnóstico (por ejemplo, hipertensión, diabetes o enfermedad cardiovascular) (9), enfermedades estrechamente relacionadas con el exceso de tejido adiposo y una pobre alimentación.
Con respecto a la fibra, el consumo de al menos cinco raciones al día entre frutas y verduras nos ayudará a conseguir este objetivo, así como elegir cereales integrales en lugar de refinados, incluir frutos secos y semillas, y al menos 2 raciones de legumbres a la semana. Optar por la fruta como postre habitual es una muy buena opción para aumentar su consumo.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la ingesta de fibra debe ajustarse a la situación individual. Si, por ejemplo, aparecen alteraciones o efectos secundarios como la diarrea, ya sea por los tratamientos o por una colostomía, se recomienda seguir una dieta baja en fibra (10). En estos casos se optará por:
- Cereales refinados en lugar de integrales, como el arroz, la pasta o el pan blanco.
- Legumbres sin piel o en puré (según tolerancia).
- Verduras y tubérculos cocidos o en puré, sin piel ni semillas: zanahoria, calabaza, calabacín, patata.
- Frutas maduras, sin piel ni semillas o cocidas: manzana, pera, plátano, melocotón.
- Evitar el consumo de frutos secos.
Consumir aceite de oliva como principal grasa
Otro punto importante a la hora de definir un patrón dietético saludable es el tipo de grasa que predomina dentro de este. En este sentido, la dieta mediterránea, el patrón dietético más ampliamente estudiado y para el que se han demostrado numerosas bondades (11,12), propone el uso del aceite de oliva como principal grasa para utilizar en la cocina y de adición, pues es una gran fuente de las llamadas grasas saludables, así como de antioxidantes.
Beber agua
Otra de las propuestas de la dieta mediterránea es elegir el agua como bebida por excelencia. La recomendación general es consumir entre 6 y 8 vasos de agua al día, aunque esto también dependerá de las necesidades individuales y situación específica de cada persona. En este punto, también es importante señalar que los pacientes portadores de colostomía tienen mayor riesgo de sufrir deshidratación, ya que es en el colon donde se absorbe el agua, por lo que en esta situación es aún más importante asegurar la ingesta de, al menos, 1,5 litros de líquidos, preferiblemente en forma de agua (13,14).
La recomendación general es consumir entre 6 y 8 vasos de agua al día
Conclusiones
Recapitulando, a la hora de hacer elecciones nutricionales tras el diagnóstico de cáncer colorrectal es importante no perder de vista la importancia del consumo de alimentos proteicos e intentar incluirlos en todas las comidas.
Tampoco debemos dejar de lado el consumo de alimentos ricos en fibra, especialmente de frutas, verduras y legumbres, e intentar alcanzar unos niveles adecuados de consumo de vitamina D a partir de pescado azul, huevos y lácteos, acompañado de una exposición solar segura y una suficiente ingesta de agua.
Por último, recalcar que, en caso de encontrarnos perdidos, lo mejor es siempre dejarnos aconsejar por los expertos nutricionistas, que valorarán la situación de forma individualizada y sabrán dar las pautas más adecuadas para cada caso particular.
Recomendaciones nutricionales en cáncer colorrectal
Proteínas | – Carnes blancas, pescados y mariscos, huevos, legumbres, lácteos con bajo contenido en grasa (yogures, quesos frescos). – Incluir en todas las comidas para asegurar un consumo suficiente. |
Frutas y verduras | – 5 raciones al día entre ambas. – Incluir frutas y verduras de diferentes colores. |
Cereales | – Optar por cereales integrales en lugar de refinados. |
Fibra | – Frutas y verduras, cereales integrales, legumbres (2-4 raciones/semana), frutos secos (3-7 raciones/semana) y semillas. |
Omega 3 | – Incluir 4 raciones de pescado a la semana (al menos 2 de ellas como pescado azul) |
Vitamina D | – Pescados azules, huevos (yema), lácteos, productos enriquecidos con vitamina D. – Exposición solar segura. |
Otros | – Alimentos poco procesados, frescos y de temporada. – Agua como principal bebida. – Aceite de oliva virgen como principal grasa. |
Ana Jiménez García, nutricionista.
Referencias:
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