Hoy en día es muy fácil acceder a información sobre cualquier tema solo con buscar en Internet, pero esto también viene acompañado del peligro de dar con resultados sin ninguna evidencia científica, y más cuando hablamos de nutrición y alimentación. El cáncer es una de las enfermedades que más mitos alberga en relación con la nutrición, y algunos de estos mitos pueden llegar, incluso, a comprometer la salud de las personas.
Muchos de estos mitos asientan en experimentos animales. Sin embargo, esos experimentos no nos permiten trasladar recomendaciones a los seres humanos que son mucho más complejos. Tal vez hayas escuchado a algún científico mencionar algunos beneficios de este tipo, pero recuerda que es preciso conocer el contexto del experimento.
Mito 1: «El azúcar alimenta las células cancerosas»
Antes de hablar de este mito, es importante saber que el azúcar es un tipo de hidrato de carbono.
Los hidratos de carbono tienen diferentes funciones y una de las más importantes es proporcionar energía a nuestro organismo. Todos los hidratos de carbono están formados por unas moléculas llamadas monosacáridos. En función de su estructura química, los hidratos de carbono pueden clasificarse en:
«Los hidratos de carbono aportan energíaal organismo»
Hidratos de carbono simples o azúcares: están formados por cadenas muy pequeñas de monosacáridos (una o dos unidades). Son más fáciles de digerir y absorber. Por ejemplo, el azúcar blanco que todos conocemos está formado por dos moléculas de glucosa.
Hidratos de carbono complejos: están formados por largas cadenas de monosacáridos, por lo que tardan más en digerirse y absorberse.
Cuando consumimos hidratos de carbono, ya sean simples o complejos, estos se digieren y metabolizan dando como producto final moléculas de glucosa.
Volviendo al mito, la realidad es que todas las células del cuerpo se alimentan de azúcar en forma de glucosa, es decir, la utilizan como combustible para obtener energía. Sin embargo, la glucosa no solo se obtiene a partir de los azúcares simples, también se puede obtener de hidratos de carbono complejos presentes, por ejemplo, en frutas, verduras, cereales o legumbres. Por ello, eliminar el azúcar de la dieta no es algo que se pueda hacer de forma tan sencilla, ya que, además, el organismo puede producir glucosa a través de otras fuentes diferentes a los hidratos de carbono, como las grasas o las proteínas.
Además, si se dejaran de consumir todos los alimentos que aportan hidratos de carbono, no se consumirían ni frutas, ni verduras, ni legumbres, ni cereales integrales, que son alimentos saludables que se han relacionado con menor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal (CCR) (1), con mejor salud, mayor calidad de vida (2) y mayor supervivencia en CCR (3,4).
Por otra parte, eliminar todos los hidratos de carbono generaría un desequilibrio nutricional y podría llevar a una pérdida de peso, de masa muscular, déficit de nutrientes e incluso producir desnutrición, situaciones que se deben evitar en personas con cáncer, ya que pueden afectar de forma negativa a la tolerancia a los tratamientos y a su calidad de vida (2,5).
Mito 2: «El azúcar produce cáncer»
Hasta la fecha, ningún estudio ha demostrado una relación directa entre el azúcar y el cáncer, por lo que no podemos afirmar que consumir azúcar cause cáncer. ¿Qué hay de cierto en esa afirmación?
Algunas investigaciones sí han demostrado una relación indirecta entre ambos, ya que el consumo habitual de alimentos con alto contenido en azúcar puede llevar a un aumento de peso debido a un incremento de grasa corporal, causando sobrepeso u obesidad, que sí se han relacionado con el aumento de riesgo de varios tipos de cáncer (6).
«La obesidad sí se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer»
Por otra parte, el consumo de azúcar eleva la glucosa en sangre y para que esta glucosa entre a las células y pueda ser utilizada para producir energía se necesita insulina. Cuando consumimos hidratos de carbono sencillos, como los azúcares, la glucosa en sangre se eleva mucho más rápido y, como consecuencia, el páncreas libera más cantidad de insulina. Si se consumen hidratos de carbono sencillos de forma habitual y en exceso, estos picos de glucosa e insulina se generan constantemente. Algunos estudios han mostrado que dichos picos de insulina sí podrían influir en la progresión del cáncer (7). Además, la glucosa elevada de forma habitual podría influir de forma negativa en pacientes con cáncer colorrectal (8).
Por tanto, y basándonos en la evidencia científica podemos concluir que eliminar todos los hidratos de carbono de la dieta no es la solución para disminuir el riesgo de cáncer ni mejorar la respuesta a los tratamientos. Lo que sí debemos hacer es reducir el consumo de alimentos ricos en azúcar como galletas, cereales azucarados, zumos de fruta, refrescos, dulces, bollería, etc. y elegir fuentes de hidratos de carbono de calidad como las frutas, las verduras, los cereales integrales o las legumbres.
World Cancer Research Fund/American Institute of Cancer Research. Diet, nutrition, physical activity and colorectal cancer. 2018; Available from: http://www.aicr.org/continuous-update-project/reports/breast-cancer-report-2017.pdf
Balhareth A, Aldossary MY, McNamara D. Impact of physical activity and diet on colorectal cancer survivors’ quality of life: A systematic review. World J Surg Oncol. 2019;17(1):1–12.
Guinter MA, McCullough ML, Gapstur SM, Campbell PT. Associations of pre- and postdiagnosis diet quality with risk of mortality among men and women with colorectal cancer. J Clin Oncol. 2018 Dec 1;36(34):3404–10
Zhao J, Zhu Y, Du M, Wang Y, Vallis J, Parfrey PS, et al. Association between Dietary Fiber Intake and Mortality among Colorectal Cancer Survivors: Results from the Newfoundland Familial Colorectal Cancer Cohort Study and a Meta-Analysis of Prospective Studies. Cancers (Basel). 2022;14(15).
Vergara-Fernandez O, Trejo-Avila M, Salgado-Nesme N. Sarcopenia in patients with colorectal cancer: A comprehensive review. World J Clin Cases. 2020;8(7):1188–202
World Cancer Research Fund [Internet]. Obesity, weight and cancer risk – Preventing cancer. World Cancer Research Fund;]. Available from: https://www.wcrf-uk.org/preventing-cancer/what-can-increase-your-risk-of-cancer/obesity-weight-and-cancer-risk/
Chen X, Liang H, Song Q, Xu X, Cao D. Insulin promotes progression of colon cancer by upregulation of ACAT1. Lipids Health Dis. 2018;17(1):1–7.
Yang Y, Mauldin PD, Ebeling M, Hulsey TC, Liu B, Thomas MB, et al. Effect of metabolic syndrome and its components on recurrence and survival in colon cancer patients. 2013;119(8):1512–20.
Seguir unos hábitos saludables es fundamental para prevenir el cáncer colorrectal, pero también para mejorar la calidad de vida una vez nos han diagnosticado la enfermedad. El ejercicio físico y una buena alimentación tienen múltiples beneficios en el paciente con cáncer de colon y recto, entre los que se encuentra, por ejemplo, la mejora de la salud mental.
En el siguiente vídeo, Mauricio y Manuel nos cuentan su experiencia siguiendo hábitos saludables durante el proceso de su enfermedad.
El diagnóstico de cáncer de colon y recto puede ser un momento de gran impacto para la persona que lo recibe, ya que se trata de una enfermedad que interfiere de manera muy notable en la calidad de vida, no solo del paciente, sino también de su entorno.
En el siguiente vídeo, Mauricio y Manuel comparten cómo ha sido para ellos vivir con cáncer colorrectal.
El asociacionismo en cáncer colorrectal es fundamental para que los pacientes puedan compartir sus vivencias y contar con recursos que les ayuden a gestionar mejor la enfermedad.
En el siguiente vídeo de Oncolon, diferentes miembros de EuropaColon España cuentan su experiencia y qué les aporta a ellos la asociación.
Llevar un estilo de vida saludable cuando tienes cáncer es fundamental, ya que influirá en tu calidad de vida. Por ello, la web de Oncolon tiene como objetivo servir de fuente de información para personas con cáncer colorrectal que quieran seguir hábitos de vida saludable.
En el siguiente vídeo, Luis Miguel de la Fuente, presidente de EuropaColon España, cuenta en qué consiste la web de Oncolon y cuál es su objetivo.
El diagnóstico y el tratamiento del cáncer colorrectal puede repercutir de forma importante en la calidad de vida de la persona que lo padece. De hecho, se ha estudiado cómo esta enfermedad afecta a las relaciones sociales, laborales y familiares de la persona enferma, así como al descanso y a la propia capacidad de afrontamiento de situaciones adversas (1). En este sentido, a lo largo del proceso de la enfermedad pueden aparecer alteraciones psicológicas y sociales que afectan a la vida del paciente y de su familia (1), además de interferir en el propio proceso de curación de la enfermedad.
Ya hemos visto cómo fomentando hábitos saludables podemos mejorar aspectos de nuestro bienestar que están en nuestras manos, es decir, son factores modificables de la salud. Estos son: la alimentación, el ejercicio físico, mantener relaciones sociales saludables y de calidad, procurar descansar correctamente y evitar hábitos tóxicos.
Estos hábitos nocivos forman parte de aquellas actitudes y acciones que precisamente sí dependen de nosotros, ya sea para prevenir complicaciones, para mejorar resultados de tratamiento o para disfrutar de una mejor calidad de vida (2).
En este artículo nos centraremos en el consumo de tabaco, ya que es uno de los hábitos tóxicos modificables más nocivos y comunes dado que su consumo está normalizado en nuestra sociedad.
Tabaco y cáncer colorrectal
El tabaco es uno de los hábitos nocivos más extendidos en el mundo. Según el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, el 25% de la población fuma actualmente en España, el 22,7% dice que lo hace a diario y el 2,3%, de manera ocasional; un 26,1% se refieren a sí mismos como exfumadores y el resto se considera no fumador. Observando los resultados por edad y sexo, los datos demuestran que sigue habiendo más hombres que fuman, y si se analiza por rangos de edad, la diferencia entre sexos se mantiene y en la franja entre 24 y 54 años es donde se concentra el mayor número de personas fumadoras (3).
El humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas altamente nocivas para nuestros órganos, incluyendo al menos 70 químicos que se sabe a ciencia cierta que causan cáncer (4) y que por ello se conocen como “carcinógenos”. Estas sustancias también son responsables de muchas complicaciones del corazón y de los pulmones, entre otras afecciones graves, lo cual aumenta también el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares; además de ser factores de riesgo añadidos en posibles cirugías o tratamientos y de provocar complicaciones en el postoperatorio de las cirugías.
Los fumadores de larga duración reducen las complicaciones postoperatorias abandonando el tabaco
Respecto a esto último, en los pacientes estudiados en el entorno quirúrgico (5), se podría decir que los factores que más se asocian con aumento de complicaciones postoperatorias son el tabaquismo (tanto para fumadores activos como exfumadores), el índice de masa corporal y el elevado consumo de alcohol. Es especialmente importante recordar que incluso los fumadores de larga duración se benefician del abandono del hábito tabáquico antes de una cirugía, reduciendo con dicho abandono las complicaciones postoperatorias.
Además, existe una tendencia a agregar hábitos de vida no saludables: tabaquismo, sedentarismo y sobrepeso que podrían retroalimentarse entre sí.
Hoy en día existen innumerables evidencias científicas, diversos instrumentos de evaluación y diagnóstico, fármacos, terapias sustitutivas y distintas modalidades de psicoterapias dirigidas al tratamiento del tabaquismo que han aportado un enorme progreso tanto al conocimiento de dicha enfermedad como a la optimización de los resultados de las distintas intervenciones (3), por lo que se anima a la población a desprenderse de este hábito tan nocivo.
Conclusión
Es evidente que tanto la población en general como los pacientes con cáncer colorrectal deberían cuidar sus estilos de vida y evitar o abandonar hábitos tóxicos como el tabaco para prevenir las complicaciones de la salud y así gozar de una mejor calidad de vida.
Desde la prevención de enfermedades, esto se consigue abandonando el hábito tabáquico, realizando actividad física diaria, promoviendo un descanso reparador y siguiendo una dieta mediterránea y alimentación equilibrada para asegurar un consumo óptimo de nutrientes. Todo ello favorece un peso adecuado y un metabolismo activo y enérgico para así evitar complicaciones cardiovasculares y de tipo cancerígeno.
Castillo Toledo C, Mañas Mañanas C, Moralejo Gutiérrez AM, Ahijado Aguado G. XXXVI Congreso Nacional de Enfermería de Salud Mental. Impacto psicosocial en el paciente oncológico [Internet]. Murcia; 2017 [consultado 8 Ago 2022]. Disponible en: https://www.codem.es/Adjuntos/CODEM/Documentos/Informaciones/Publico/9e8140e2-cec7-4df7-8af9-8843320f05ea/4DB2D271-7738-4658-8041-3EEF4EB0E391/d9984f6d-be17-4428-a7ff-bacfce0130c1/d9984f6d-be17-4428-a7ff-bacfce0130c1.pdf
Rossi M, Jahanzaib Anwar M,F. Colorectal Cancer and Alcohol Consumption – Populations to Molecules. Cancers [Internet]. 2018 [consultado 7 Ago 2022];10(2):38. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29385712/
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